Según cuentan era un personaje muy simpático y amigable que transitaba de noche por Luriama con destino a la toma de agua y que a pesar de su ceguera reconocía y saludaba a las personas por su nombre cuando se le cruzaban por el camino, de igual manera, cuando paseaba con su caballo blanco al trote sabía dónde había sequiones para saltar la valla.
Yancunta era un excelente jugador de gallos, cuentan que cuando apostaba por alguno en particular, muchos aficionados imitaban su apuesta, pues se decía que con tan sólo escuchar cantar al gallo, sabía el color, tamaño, textura del galpón y adivinar el resultado de la pelea.
Son muchas las fantasías que se hablan sobre Yancunta: que se convertía en animales, que desaparecía, etc. Aunque se dice que son solo inventos que se cuentan para aumentar la popularidad del brujo.
En el distrito de Hualmay, vivía uno de los brujos más conocidos y poderosos de la época: Canebo. Él era el líder de los brujos de Hualmay, y aseguraba ser mejor que cualquiera de Luriama. Yancunta no se quedó atrás, y pactó un encuentro, un duelo mágico a solas contra Canebo.
Una noche se fueron al campo, lejos de la ciudad. Se internaron en la campiña, donde nadie podía verlos. Allí tuvo lugar el reto. Nadie sabe lo que allí pasó, lo único que se sabe es que Yancunta volvió del encuentro ciego. Canebo nunca regresó.
Los brujos han cambiado mucho desde entonces, ahora sólo se dedican a hacer negocio, buscan beneficios económicos, parece que se hubiera perdido la esencia de lo que significa ser brujo. Los de antes lo hacían por pasión, por diversión; hoy, por dinero.
En el distrito de Hualmay, vivía uno de los brujos más conocidos y poderosos de la época: Canebo. Él era el líder de los brujos de Hualmay, y aseguraba ser mejor que cualquiera de Luriama. Yancunta no se quedó atrás, y pactó un encuentro, un duelo mágico a solas contra Canebo.
Una noche se fueron al campo, lejos de la ciudad. Se internaron en la campiña, donde nadie podía verlos. Allí tuvo lugar el reto. Nadie sabe lo que allí pasó, lo único que se sabe es que Yancunta volvió del encuentro ciego. Canebo nunca regresó.
Los brujos han cambiado mucho desde entonces, ahora sólo se dedican a hacer negocio, buscan beneficios económicos, parece que se hubiera perdido la esencia de lo que significa ser brujo. Los de antes lo hacían por pasión, por diversión; hoy, por dinero.