jueves, 21 de noviembre de 2019

RUPAK, El Machu Picchu Limeño

Rupak, la ciudadela de los Atavillos cultura que se desarrolló entre los años 900 y 1400 D.C. en las alturas del actual Huaral, a 150 Km al norte de Lima, Rúpak es el mejor ejemplo de las maravillas arquitectónicas erigidas por esta cultura pre inca, cuyo estilo de construcción es único en el Perú.
Foto: Anyi La Rosa Mendoza
El complejo arqueológico de Rúpac es un asombroso conjunto de ruinas preincaicas en el que se puede caminar y acampar rodeado de naturaleza.

Rupak, conocido como "el Machu Picchu limeño" ha sido reconocido por el estado como Patrimonio cultural de la nación, y gracias a su identificación con la ciudadela fue declarada hija predilecta de la comunidad de Pampas en el distrito de Atavillos Bajo.

Rúpac, la ciudadela de Atavillos

Este magnífico lugar fue parte del reino de Atavillos, una cultura preincaica que data del 900 al 1500 a. C., que se desarrolló en la zona más alta de Huaral (150 km al norte de Lima). Dejó también otros impresionantes restos arqueológicos como el Marka Kullpi, Añay, Chiprac y Sinchimarca.


Los atavillos ocuparon las tierras altas de los Andes occidentales, construyendo sus distintivas casas cullpi mucho antes del ascenso de los incas y nunca fueron conquistados por ellos. Se especializaron en el cultivo de maíz y criaron cuyes y camélidos andinos hasta la llegada de los españoles. Alrededor del año 1600, los atavillos de Rúpac y sus alrededores fueron reubicados por la fuerza a la nueva ciudad de Pampa; sus cullpi y chullpas, abandonados a los elementos y a la memoria.

Una ciudad sobre las nubes

El complejo de Rúpac reúne 51 edificios de piedra que presentan un impresionante grado de conservación. Habiendo superado el paso de cientos de años, el clima andino, las numerosas visitas de turistas furtivos y muchos golpes de terremotos y temblores, los edificios se yerguen elegantemente a 3400 m sobre el nivel del mar.



Los atavillo construyeron estos edificios de piedra cuadrada sin ventanas con nada más que piedra y arcilla. Fabricaron escaleras, almacenes, patios y chimeneas, y edificaron paredes que son perfectamente cuadradas. Con sus techos de piedra protectores y su construcción sólida, han resistido los embates de los años. Tal vez el anillo protector de las tumbas, o chullpas, hogar de los huesos de sus antepasados, mantuvo las paredes fuertes mucho después de la caída de esta antigua cultura.

Los edificios, algunos de hasta 10 metros de altura, contienen almacenes, tumbas, incluso una chimenea y un sentido de la estética que apreciarás en cada estructura. La construcción más impresionante es el Castillo Marca Kullpi, rodeado por misteriosos mausoleos y una increíble variedad de chullpas en perfecto estado.

Rúpac es el mejor modelo de la arquitectura de Atavillos, y uno de los más bellos ejemplares de la arquitectura preincaica. Ubicado en la cima de una montaña empinada, este complejo arqueológico es un punto de vista estratégico de todo el valle y la costa de Huaral. Es por eso que es conocido como el Machu Picchu limeño.

¿Cómo llegar a Rupac desde Lima?

El complejo arqueológico, ubicado en lo alto de la montaña, permite una visión estratégica de todo el valle y del colchón de nubes que nublan la costa.



Arribar a Rúpac representa una difícil travesía pero también una gran diversión. Necesitarás un par de días para admirar realmente esta ciudadela, cuyo nombre significa “llamarada roja”. 

Desde Lima, debes viajar a Huaral durante dos horas en bus. Una vez allí, puedes tomar un taxi o combi que te lleve a la ciudad de La Florida, a unos 2.500 m sobre el nivel del mar.

Luego te dirigirás directamente a Pampas, un pueblo fantasma abandonado hace mucho tiempo. Es una caminata de aproximadamente una hora y media, pero vale la pena si deseas hacer trekking con cóndores volando constantemente a tu alrededor. 

Aquí, o de vuelta en Florida, podrás pasar la noche acampando, disfrutando de una fogata y los sonidos tranquilos de la naturaleza que te rodea. Desearás un buen descanso nocturno para la caminata de la mañana a Rúpac, una aventura de poco más de tres horas.

Si eres de los que agarran una mochila y viajan solo con las cosas que entran en ella, que disfrutan de la aventura, de largas caminatas y de estar rodeados de naturaleza, entonces este fantástico viaje a Rúpac es ideal para ti.

Importante:
  • El ascenso al complejo arqueológico es de dificultad moderada.
  • Se recomienda iniciar el recorrido a primeras horas de la mañana para evitar el fuerte calor de la tarde y llegar antes del atardecer a la cima para armar las carpas.
  • Es aconsejable llevar a cabo el tour con una agencia turística local, ya que no hay una continuidad definida de autos que se dirijan hacia el pueblo de Pampas.
Toma unos minutos para admirar el increíble escenario y, a continuación, levanta tu carpa. Serás testigo de un espectacular atardecer que recorta las ruinas que por la mañana explorarás. Mientras tanto, prepararás una cena ligera y luego te acomodarás a descansar y recuperar las energías para la travesía del día siguiente.

Despertarás cuando el sol haga su camino sobre las montañas y saldrás a explorar ese tesoro sin restaurar de la cultura Atavillo. Recorre las fascinantes ruinas hasta que el sol se ponga caliente, luego es el momento de desarmar y hacer la caminata de regreso a Pampas. Allí te esperará el bus de tu agencia turística para llevarte de vuelta a la ciudad de Huaral, donde podrás probar la especialidad local como carne de cerdo a la barbacoa y algunas bebidas bien frías.

Lo que necesitarás:
  • Tienda de campaña y saco de dormir.
  • Una cocina portátil, ollas, alimentos y agua para dos días.
  • Protector solar, sombrero, linterna y botiquín de primeros auxilios.
  • Buenos zapatos o zapatillas para caminar y un bastón de trekking.
  • Píldoras para el mal de altura.
  • No olvides comprar agua antes de partir hacia La Florida. No hay agua potable en el camino.